jueves, 30 de agosto de 2007

Balance del Camino.

Antes de volver a la rutina, antes de empezar el siguiente viaje, toca hacer balance de lo pasado. Sin embargo, es quizás el Camino una experiencia tan rica que lleva todo el año siguiente hacer balance, ir recordando y mirando con detalle cada día. De forma inevitable volverán a menudo a nuestra mente las experiencias vividas durante la ruta. Quizás sea esto y la sensación de libertad lo que haga que el que prueba el Camino siempre quiera volver. Resulta difícil en cualquier caso asimilar algo tan intenso y sintetizarlo en unas líneas.

Del Camino Primitivo (que hice en 2005) me gusta recordar como la ruta demuestra que gente muy diferente puede compartir un espacio común (extrapólese, si se desea, a este loco-loco mundo, jejeje)

En este Camino me ha gustado ver como diferentes rutas pueden tener siempre final feliz. Quizás no sean tan importantes las decisiones que tomamos día a día como la actitud con la que nos levantamos y afrontamos la vida (nota mental: aplicarlo mañana cuando suene el despertador a las 6, jajajaja)

Compañeros: ¿Con que os quedáis vosotros? Espero vuestros comentarios, sooo vagos :-P

Para los que no se quieran comer el tarro os dejo como punto final una sencilla foto... ...del camino, donde si el viento vuelve a soplar de la costa quizás nos volvamos a encontrar y caminemos juntos de nuevo...

El Camino

1 comentario:

tripmate dijo...

Entre bosques de eucaliptus, entre interminables campas verdes, pero siempre en el Camino.

Creo que el saberte perdido del mundo que el resto de los 350 días del año te rodea, pero saberte encontrado por la senda que te guía hasta la plaza del Obradoiro, creo que eso es reconfortante.

Hay otras formas de perderse, sin guías, sin señales amarillas y con múltiples caminos que poder tomar. Ese sentimiento puede rodearnos el resto de los 350.

Por eso el Camino es la luz para los que nos encontramos perdidos.

Saludos!