Al día siguiente terminamos nuestra estancia en Berna con una visita a la que fuera la casa de Albert Einstein, en la cual desarrolló la Teoría Especial de la Relatividad mientras trabajaba en la oficina de patentes de la ciudad: una visita más sentimental que bonita o instructiva.
Recogidos los bártulos en el albergue cogimos el tren que nos llevaría entre preciosos paisajes hasta Interlaken, pueblo situado entre los lagos Thun y Brienz , y en el extremo norte de los Alpes. A pesar de sus escasos 5000 habitantes es un enclave turístico de primer nivel, debido a sus buenas comunicaciones e inmejorable ubicación.
Trás terminar la visita a las cataratas decidimos pasarnos por Wengen, pueblo con la peculiaridad de que no lleva hasta él ninguna carretera. Acostumbrados a no contar con coches el pueblo ha decidido no haya coches con motor de explosión, por lo que sólo se permiten vehículos eléctricos, muy escasos también, ya que su uso es exclusivamente interno. En cualquier caso la población está perfectamente comunicado con el resto del País a través de los frecuentes trenes. Y con unas vistas como la de la foto:
Al día siguiente estaríamos pisando nieve...
Recogidos los bártulos en el albergue cogimos el tren que nos llevaría entre preciosos paisajes hasta Interlaken, pueblo situado entre los lagos Thun y Brienz , y en el extremo norte de los Alpes. A pesar de sus escasos 5000 habitantes es un enclave turístico de primer nivel, debido a sus buenas comunicaciones e inmejorable ubicación.
Trás terminar la visita a las cataratas decidimos pasarnos por Wengen, pueblo con la peculiaridad de que no lleva hasta él ninguna carretera. Acostumbrados a no contar con coches el pueblo ha decidido no haya coches con motor de explosión, por lo que sólo se permiten vehículos eléctricos, muy escasos también, ya que su uso es exclusivamente interno. En cualquier caso la población está perfectamente comunicado con el resto del País a través de los frecuentes trenes. Y con unas vistas como la de la foto:
Por la noche aprovechamos para cenar una fondue de queso en uno de los sitios más asequibles de Interlaken, el restaurante Bebbis. Dimos un paseo nocturno por Interlaken, donde las tiendas de souvenirs permanecían abiertas hasta tarde, con las omnipresentes navajas y relojes de cuco presentes en todos los escaparates. | Precios. Si, más caro que España, pero no en proporción a los sueldos. Aunque se acepta el euro en muchos sitios conviene usar el CHF (franco suizo) o la tarjeta de crédito para tener un mejor tipo de cambio. Precios tipo: un café (grande, eso si) 2,50€. Una tercio de cerveza de barril (2,50-3€) Cena para dos personas, desde 20€. |
Al día siguiente estaríamos pisando nieve...